Petit Comité, la tertulia de Charo Izquierdo: ¿Es la sostenibilidad nuestra asignatura pendiente?
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- Isabel Lopez Rivadulla, Isabel Roser, Theresa Zabell, fundacion ecomar
- febrero 14, 2022
Charo Izquierdo coordinó la charla de Petit Comité en la que conversó con Isabel López-Rivadulla, Theresa Zabell e Isabel Roser sobre sostenibilidad
El mundo empresarial espera ansioso cada año una carta. Y no es la de su bonus. Es la que se ha convertido en un best seller de las misivas presidenciales. Así puede hablarse de la enviada por Larry Fink, consejero delegado y fundador de BlackRock, a los consejeros delegados de las empresas en las que invierte. Y en la última, del pasado mes de enero de 2022, recordó que “la transición hacia una economía de cero emisiones netas es desigual a día de hoy, ya que las distintas zonas de la economía global avanzan a velocidades diferentes. Debemos pasar de los diversos tonos del marrón a las tonalidades del verde”.
La sostenibilidad está en todas las conversaciones y, mejor aún, en las inversiones. Los factores ASG (Ambiental, Social y Gobernanza) ocupan un buen lugar en las mesas de los Consejos de Administración. Pero qué ocurre de puertas para fuera. Cómo hablamos (y trabajamos) la sostenibilidad en la intimidad. Qué papel jugamos los ciudadanos, más allá del fundamental de las instituciones. Cómo romper los vicios privados poco sostenibles gracias a las virtudes públicas reglamentarias.
Para hablar de todo esto, me he reunido con tres grandes expertas: Isabel López-Rivadulla, directora de comunicación y marketing de Signus y vicepresidenta de Women Action Sustainability (WAS); Theresa Zabell, presidenta de Ecomar; e Isabel Roser, fundadora de la consultora Hilo Sostenibilidad.
Charo Izquierdo: A finales del pasado mes de enero, durante la Feria Internacional de Turismo (FITUR), el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, anunció la aprobación el próximo marzo de la segunda convocatoria del Plan de Sostenibilidad Turística, dotado con 720 millones de euros, así como un Plan de Turismo Gastronómico, con 65 millones de euros. ¿Qué nota le ponemos?¿Lo veis factible? ¿Rentable? ¿Realista?
Isabel Roser: Tanto en turismo como en gastronomía, España es una potencia, son sectores muy relevantes para nuestra economía y tienen gran vinculación con la sostenibilidad. Además una mayor sostenibilidad retroalimenta al sector, con lo cual yo creo que el enfoque está muy bien y espero que nos ayude a modernizar ambos mundos y que logren el reconocimiento internacional que merecen.
Isabel López-Rivadulla: También hay un plan con vistas a 2050, la llamada Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo que integra la sostenibilidad de manera transversal, para reducir un 90% las emisiones de efecto invernadero. Sin duda, España está apostando por la estrategia de la sostenibilidad.
Theresa Zabell: Estoy de acuerdo pero también pienso que una gran parte de la gastronomía que propiciamos viene del mar, y el mundo de la pesca ahora mismo no es sostenible. Pescamos más de lo que deberíamos, más de la mitad es un producto que no necesitamos, que no comemos y que no vendemos.
Ch.I.: Se habla mucho de sostenibilidad, tanto que hay quien dice que se podría estar generando una burbuja sostenible, porque hoy todo es sostenible, y si no lo es no existe…
I.R.: Espero que sea como las burbujas de cumpleaños que nos dan alegrías, y que si explota sea para permear más en la sociedad. Y puedo estar de acuerdo en que ahora frente a otras épocas tenemos inflación de muchas noticias sobre el tema, pero también espero que sea porque se trata de un tema que nos preocupa. Y me emocioné cuando la señora Von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, dijo que la lucha contra el cambio climático era la prioridad absoluta de nuestra época. Así que espero que no sea burbuja, que sea más un modo que una moda.
I.L-R.: De hecho, la sostenibilidad ya es una realidad y una apuesta del Gobierno español y de la Unión Europea, que demuestra que ha venido para quedarse. Sí es verdad que ahora da un poco de vértigo. Todo el mundo habla de sostenibilidad, y yo creo que hay que diferenciar entre los que apuestan realmente por ella y aquellos que aún la están contemplando. Pero si se apuntan a hablar de sostenibilidad, eso de entrada es positivo.
T.Z.: La sostenibilidad ha venido para quedarse, forma parte de nuestras vidas, pero aún queda mucho por educar y concienciar. Todos queremos ser sostenibles, algunos la usan como greenwashing y en muchos casos hacemos cosas que no son sostenibles porque nos falta información.
Ch.I.: Por eso mi comentario sobre la burbuja de la sostenibilidad. A título individual, ¿qué podemos y debemos hacer?
I.L-R.: El marco regulatorio es muy importante. Tengamos en cuenta que, si se educa de una manera adecuada, los españoles somos bastante obedientes. Vamos aceptando los cambios de una manera efectiva. Puede haber momentos de protesta, como en su día ocurrió con la ley del tabaco o cuando se empezó a cobrar por las bolsas de plástico en los supermercados, pero enseguida nos damos cuenta de que estas cosas redundan en un beneficio para todos, no solo a nivel personal sino también para el entorno. Necesitamos un poco más de educación, pero creo que en España a veces nos quejamos de que no hacemos las cosas bien y, al revés, los españoles estamos dispuestos a todo.
I.R.: Estoy de acuerdo contigo, totalmente. No quiero referirme a la sostenibilidad solo como un aspecto medioambiental pero es fundamental volver a recuperar la relación lógica con lo que nos rodea, más simbiótica. Antes las cosas se reutilizaban más, teníamos cuidado con lo que vertíamos al mar porque de ahí sacábamos el alimento. El fin no siempre justifica todos los medios. Hay que poner límites e incorporar esa lógica en la inteligencia de las decisiones cotidianas. Además somos tan disfrutones, nos encanta la belleza, el buen comer… nos gusta que todo sea bueno y bonito, que debemos tomar conciencia de que eso también depende de nosotros.
T.Z.: Al final, es muy personal, pero a veces tomamos decisiones sin contar con toda la información y nos equivocamos, como es lógico. Tenemos unas guerras particulares contra la bolsa de plástico, por ejemplo, pero no vemos la imagen completa. En los últimos años nos hemos enfocado en el reciclaje y es el último eslabón. Hay que intentar reducir el consumo. No tiene lógica ir al supermercado y coger una bolsa para el tomate, otra para la lechuga… No queremos usar la bolsa de plástico, pero la de papel deja una huella cuatro veces mayor y poca gente lo sabe. Entonces creo que hay mucha falta de información y muchos falsos mitos. Está muy bien que reciclemos todo lo que está en el final de su vida útil, pero es que en España no hemos hecho los deberes en reciclaje. Estamos por debajo de los porcentajes que marcan las directivas europeas, los vertederos están a rebosar y mucho de eso acaba en el medioambiente.
I.L-R.: Yo quiero romper una lanza en este tema. Nos queda mucho. Hay muchos residuos que no estamos sabiendo controlar, siguen existiendo los falsos mitos de que todo va al mismo camión y todo se mezcla… Hay que empezar a informar del esfuerzo que se hace y de que estamos reciclando sin ánimo de lucro. Por ejemplo, los neumáticos se gestionan, recogen y reciclan al cien por cien. También nos reprochamos que no lo estamos haciendo bien. Y fíjate, la primera ley de residuos fue en 1998 y 24 años más tarde se gestiona hasta el residuo textil. Insisto mucho en el marco regulatorio, creo que hay que ser más valiente a la hora de establecer normas, a la hora de enseñarnos cómo hacer. A veces pesa un poco el resultado electoral o el de los clientes… Por ejemplo, cuando vas al supermercado, te dan el ticket de compra, mientras que en Francia te preguntan si lo quieres o no, porque si no lo necesitas para qué imprimirlo… ¿Aquí no se lo han planteado? Me parece algo muy básico y muy fácil de implementar.
I.R.: La digitalización ayuda a la sostenibilidad. Los tickets no tienen lógica, si puedes usar el ticket online. Pero, bueno, estamos en un punto de inflexión. Sabemos que existen soluciones para que todo vaya más rápido pero otra cosa es la inercia…
Ch.I.: Y las mujeres tenemos mucho que decir en la evolución de la sostenibilidad, ¿no?
I.L-R.: Yo creo que el papel de las mujeres es básico; en general, siempre hemos trabajado más en estos temas, y no creo que sea casualidad. Tenemos una sensibilidad especial por lo que nos rodea, por las injusticias… Nosotras hicimos un estudio con PwC para ver cómo estaba la sostenibilidad en los Consejos y en la Alta Dirección y sí que está claro que cuando las mujeres ocupan puestos relevantes, la sostenibilidad ocupa puestos más importantes. Es bueno ver también como la sostenibilidad está alcanzando un mayor peso en las estrategias empresariales.
Ch.I.: Cuando hablas de “nosotras” hay que explicar que te refieres a la asociación WAS (Women Action Sustainibility) de la que eres Vicepresidenta… y de la que Isabel Roser y yo también formamos parte.
I.R.: Yo diría que las mujeres han de tener voz por justicia y por términos económicos. Somos las grandes defensoras de la sostenibilidad en consumo e inversión y creo que tenemos una voz interesante para pelear por las transformaciones y que debemos empoderarnos en este sentido.
T.Z.: Sí, las mujeres estamos liderando los ESG, el medioambiente, la parte social y la parte de gobernanza en las empresas. De hecho, estamos entrando más mujeres que hombres en esos puestos directivos, a lo mejor porque se trata de un tema más reciente y nosotras también lo somos en espacios de dirección.
Ch.I.: Antes hablaba Teresa del reciclaje. ¿Es importante introducir el concepto de la economía circular en el nuevo modelo de negocio, en la sociedad, en el consumo…?
I.L-R.: Yo creo que la economía lineal ya no tiene cabida. Está obsoleta. Tenemos que ser capaces de integrar todo, y vuelvo a mi sector; el problema es que cuando usas un neumático no puedes hacer otro. Pero es posible usar esos materiales y volver a introducirlos en la cadena de fabricación y sobre todo evitar la reutilización de todos esos recursos.
Ch.I.: Pero es necesario empezar desde cero. En el textil tienes que comenzar desde el principio, pensar en qué va a ser del producto cuando ya no se use más, por eso es fundamental el propio diseño.
I.L-R.: Tú estás más metida en el mundo de la moda que yo, pero creo que hoy en día no se concibe ningún producto sin pensar en todo su ciclo de vida.
Ch.I.: Podemos mirar las etiquetas de cada prenda que llevamos si queréis, para ver la cantidad de materiales con los que están hechas y que impiden su reciclaje. Es un ejercicio que conviene hacer…
I.L-R.: Hay mezclitas, sí…
T.Z.: Es cierto que un neumático no sirve para hacer otro; tiene otros usos. Pero luego hay temas como el de las botellas de plástico que acaban siendo camisetas. Para mí la circularidad es que una botella de plástico acabe siendo otra botella de plástico. Además, en el mundo textil, yo tengo amigos que vienen y me dicen: “a mí me preocupa el medioambiente y me he comprado una camiseta hecha con botellas de plástico”. Y siempre respondo lo mismo: “No la laves, porque las nanopartículas van a acabar en el mar y luego te las vas a comer”. Es lo que hablábamos antes, que hay mucha falta de conocimiento; la gente lo hace con la mejor intención y al final estaría ayudando más comprando una camiseta normal, de algodón.
I.L-R.: Hay que estudiar muchos aspectos, porque esa camiseta de algodón tiene un consumo de agua brutal. Y es verdad que aunque aún queda mucho, cuando el sector textil tenga la obligación de controlar el residuo, cambiará todo.
Ch.I.: Para empezar, la sobreproducción. También el uso de los tejidos, y el diseño pensando en qué pasará con la vida de la prenda cuando ya no lo queramos, pero también la distribución, especialmente la de la venta on line… Tiene que cambiar todo. Pero como prácticamente todo en la economía. Yo, sintiéndolo mucho, Isabel, creo que aún estamos en la transición hacia la economía circular.
I.L-R.: Pero bastante avanzados.
T.Z.: Yo no estoy tan convencida. Creo que aún estamos con la mentalidad de usar y tirar, especialmente en el mundo de la ropa.
I.R.: Te diría que en todos los sectores, en la construcción, en el agroalimentario… Bueno en este igual menos porque ya les está afectando.
I.L-R.: Se está produciendo un gran cambio en las generaciones más jóvenes. La nuestra ha llegado al nivel máximo del consumismo, a ese punto de no pensar bien la repercusión que tienen nuestros actos como consumidores, pero los jóvenes tienen otras ideas. Hay de todo, pero veo mucha gente con una mentalidad que me sorprende muy favorablemente, que por ejemplo se preocupan por las etiquetas, que es otra clave.
T.Z.: Y por la proximidad.
I.L-R.: Yo siempre sueño con hacer un indicador sostenible, un número que te pudiera asegurar, por ejemplo, que tu camiseta es mejor que la mía en función de diferentes factores. A eso nos va a ayudar la Inteligencia Artificial, espero que con el big data podamos tomar decisiones más conscientes y que eso redunde en el precio, de manera que lo más caro sea lo menos sostenible.
Ch.I.: Para terminar, me gustaría dejar claro que cualquier decisión de consumo tiene un impacto, por lo que me parece básico que tengamos la información que nos facilite decidir el impacto que estamos dispuestos a asumir.
I.R.: Como cierre, quiero insistir en la importancia de la educación, pero también en la necesidad de un marco regulatorio claro, así como tener claros todos aquellos aspectos que hay que trabajar y en los que necesitamos conseguir un cambio. Al mundo no hemos venido para adaptarnos a lo que hay sino también para transformarlo.
I.L-R.: Yo apuesto por explotar nuestro poder individual para ser actores de ese cambio hacia la transformación sostenible.
T.Z.: Hay que incidir en la educación y en la concienciación, como ciudadanos. Nosotros trabajamos mucho con niños porque si quieres cambiar la forma de pensar de la sociedad, cuando más receptiva es una persona es entre los 9 y los 12 años, y ahí por poco que riegues puedes tener una cosecha preciosa. Como llevamos 23 años trabajando en este sentido, tenemos adultos que han crecido así, y es una maravilla.