El domingo 3 de marzo, la Fundación Ecomar cumplió 25 años. Theresa Zabell, doble campeona olímpica, puso en marcha uno de los sueños más importantes de su vida: devolver al mar todo lo que él le había dado en su carrera como regatista. Con dos oros olímpicos, cinco campeonatos del mundo y unos Juegos del Mediterráneo colgados de su cuello, Theresa buscó a una serie de amigos, que por altruismo decidieron apoyar su iniciativa.

ECOMAR tenía un objetivo muy claro. No iba a ser una ONG al uso, no. Theresa quería comenzar desde el principio, que no era otro que la educación de los más pequeños y, poco a poco, concienciar a los más mayores. Sin apenas recursos económicos, ECOMAR comenzó a navegar. La visionaria Zabell supo adentrarse en los laberintos burocráticos del medio ambiente en una época en que estaba de moda ser verde. No, Zabell, se negó y propuso el eslogan “Somos Azules”. El planeta tierra lo constituye un 70 por ciento de agua y otro 30 de tierra, ¿cómo iba a ser el planeta verde?

Han pasado 25 años desde que plasmaron su firma una serie de amigos en la constitución de ECOMAR, y la Fundación que ahora preside Theresa Zabell, continúa en su labor de educación y concienciación en el medio ambiente a través del deporte. No se trata de limpiar, que también, se trata de no ensuciar. Theresa comenzó a enseñar a los más pequeños, verdaderos receptores potenciales, desde la siguiente premisa: “Hay dos sitios de donde no te podrás mudar jamás, tu cuerpo y tu planeta”. Por eso ahora, ¡Somos Azules, somos Zabell!

“No puedo estar más agradecida a todas las personas que han formado parte de este camino de un cuarto de siglo de dedicación y logros en la preservación del medio ambiente marino. No ha sido un camino fácil pero con un buen equipo se superan las dificultades y se crece ante las adversidades para poder hacer más y mejor. Nuestro lema: “Cuida de los dos únicos sitios de los que no te podrás mudar jamás, tu cuerpo y tu planeta” no puede estar más de actualidad. Seguimos adelante para servir más y mejor a la sociedad y al cuidado del verdadero pulmón de nuestro Planeta Tierra, nuestros mares y océanos”, apostilla Zabell.