III Observatorio ODS 2024
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- Theresa Zabell, fundacion ecomar
- septiembre 23, 2024
La tercera edición del Observatorio de los ODS, celebrado durante los días 16 y 17 de septiembre en el CaixaForum de Madrid y organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y ENCLAVE ODS. Se centró en el debate de ‘Las PS del triple impacto: planeta-personas-prosperidad’.
A la hora de conversar sobre los océanos, en concreto sobre la contaminación marina, suben al escenario Theresa Zabell, presidenta ejecutiva de la Fundación Ecomar, Antonio Preckler, director de Control, Análisis y Seguimiento de Pymar y Carol Portabella, presidenta de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco en España (FPA2E). Moderada por Juan Villanueva, redactor de ENCLAVE ODS, esta nueva mesa redonda comienza abordando la situación actual del mar. Se trata de un escenario que, aunque cada vez más comprometido con la sostenibilidad, como puede ser la acción 30×30 (el 30% de áreas marinas protegidas para 2030), resulta no ser suficiente.
Frente a esta realidad, Theresa Zabell incide en que “nos lo tenemos tomar en serio, porque el mar es muy grande, pero hay muy poca porción protegida”. Y continua: “Sin mar no hay vida. Hablamos mucho del ODS 1, del 2 o del 3, pero sin el 14 [vida submarina] todos los demás nos van a sobrar”. “Nos tenemos que centrar en este”, insiste, porque “el 70% del oxígeno que respiramos viene de ahí y tenemos que cuidarlo si queremos seguir viviendo en este planeta”.
Y es que, la cruda verdad de esta situación, tal como explica Portabella, es que “a penas hay un 2% de áreas protegidas”. Una cifra que resulta risoria, sobre todo si se tiene en cuenta que los océanos ocupan el 71% de la masa terrestre. “Hay grados de protección, pero en general están para defender a unos ecosistemas particularmente vulnerables o interesantes“.
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¿De qué acciones se trata de proteger a los océanos? En concreto, comenta Portabella, “de la pesa, en todas sus formas, como puede ser la ilegal, la incidental o las extracciones”, ya que son los culpables de “un volumen colosal de pérdidas”. Motivo por que señala como “imprescindible”, la protección de estas áreas, principalmente, indica, “si tenemos en cuenta que un tercio de la población de peces se ha perdido“.
Sin embargo, asegura que “las áreas marinas protegidas no inciden contra ese problema [el de la pesca] y la contaminación llega igualmente”. De hecho, explica Zabell, recurriendo a un experimento reproducido en Asia, “si fomentas que la población se pueda multiplicar [a través de zonas protegidas] salimos todos beneficiados“. Incluso los pescadores, quienes, en el ejemplo de Zabell, estuvieron “mucho mejor servidos” en las proximidades.
¿Cómo hacer sostenible el consumo de recursos marinos? Preckler explica que se “consigue con la implementación de tecnología en los barcos, no solo de pesqueros que pesquen, sino también de aquellos que reduzcan los descartes, a través de la pesca selectiva de ciertas especies o del procesamiento del pescado a bordo para no desperdiciar parte de esas capturas”.
Sin embargo, indica, “no solo están los pesqueros como exportadores de los recursos del mar”. Por ello, es también importante prestar atención a la agricultura marina, ya que, asegura, está dando oferta a la demanda del consumo de pescado que hay en el mundo”, donde, expone, “actualmente se consumen 21 kilos por persona al año”.
Contaminación acústica
Pese a que los plásticos son uno de los grandes contaminantes de los océanos, con más de 150 millones de toneladas a lo largo y ancho de toda su extensión, este no es el único factor que afecta a la vida submarina. La contaminación acústica es uno de los mayores problemas, un escenario del que, explica Portabella, “las áreas marinas protegidas no se defienden”.
La presidenta de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco en España, describe la situación de las especies marinas como “estar permanentemente en una discoteca y donde los picos tienen el nivel de la explosión de una bomba”. De este modo, señala, no pueden “recibir llamadas de su especie: las tortugas no pueden guiar a sus crías al fondo marino y los grandes cetáceos no identifican la presencia de los buques, de ahí las colisiones”.
De hecho, tal como explica Preckler, la radiación del ruido a través del agua “es un factor que ya se exige [en los buques], aunque la normativa está por detrás”. Incluso, comenta que en España se están construyendo buques de clase ‘silence’ para evitar dañar a los ecosistemas marinos. Una acción de lo más innovadora, especialmente si se compara con la situación de la flota a nivel mundial, con “más de cien mil barcos con una edad promedio de 25 años”, según cuenta Preckler, y otros tantos miles con “una edad superior a los 40 años”. Motivo por el que señala la importancia de los astilleros para renovarse y adecuarse a las peticiones de sostenibilidad actuales.
Las acciones diarias
Ante esta realidad, Zabell plantea la pregunta: “¿Qué puedes hacer tú?”. “Con solo consumir productos que sean de proximidad ya estás ayudando muchísimo”, responde. Y es que, explica, el transporte marino es otro de los grandes causantes de esta contaminación.
Por su parte, Portabella, exige “ante todo responsabilidad, conocimiento de lo que consumimos e intentar aplicar las novedades que tenemos“. Además, subraya la importancia de “evitar los plásticos de un solo uso”, mirar los componentes de las prendas al comprar o “lavar menos”, porque, como insite Zabell, “hay muchísimas cosas que podemos hacer todos los días desde nuestra casa”